8/6/08

No dejemos la hermosa convulsión que es la risa

Con la alegría a flor de tolete, les hago saber a todos los amigos, enemigos, las locas, los asesinos, los cobardes, los anónimos, los vivos y los muertos, que estoy por empezar mi nuevo Experimendo en La Tastienda.

Me conectaré con la gente a la que no tengo que escuchar, golpearé contra la pared que siempre choco -que es negra- y son los ojos de los demás, en un teatro.

Y ahí hablaré: de los azules escondrijos de las faldas de las seguidoras de los que imitan a Joaquín Sabina. Hablaré de la gamuza y del terciopelo, del color azul, o rojo sangre de toro.

Hablaré del viento, de las madres Venus, y de los anticuarios y de las hortensias. De las hormigas, de los desvelos, de los estudiantes que se cortan en pelo, en señal de repudio a la cantimplora.

Cantaré, presumo...
Antiguas canciones del choto.
Tomaré algún vino (llamámelo al Toto).
"Che! Toto, te llaman".
Perame un chiquitoooo
Llamámelo al Toto.... llamálo te digo...

Y con voz jadeante, con miedo al soplete, Toto caminando hacia atrás pisó un sorete. Y al golpearle la cabeza un barrilete, murió.

Voy a tratar de seguir buscando nuevos caminos de comunicación para reirme yo profundamente, para nunca dejar la hermosa convulsión que es la risa. Y para que ustedes se rían como cerdos: los esfínteres se mueven, de hecho se ha meado alguna embarazada y un señor, cuando hacía "Sans enchuffe" (1996), se c... como todos recuerdan.

Quiero verte, quiero ver esos hombres como niños, de caras relajadas, atentos a la línea que se me hace entremedio de los ojos, el centro del cuerpo y la punta de los dedos. Para que se produzca eso que llamaré "electricidad intercardial" (entre corazones). Tu corazón me dice "que", el mío dice "que", y como los corazones no dicen, se enlazan.

A medida que va navegando, mi cabeza va mutando, algunas veces más lentas y otras más rápida, en la búsqueda del reir, de lo antropológico, desde lo químico. Porque lo que produce esa convulsión que llamo risa, son miles de impulsos eléctricos que están inmersos en un líquido. Porque eso es el humor. El humor es líquido: "That's the humor of it", dijo Shakespeare. No, supongo que Shakespeare no lo dijo solamente, pero es una muletilla que aparece muchas veces en sus obras. Es como decir el quid de la cuestión. Un giro canchero del 1600.

Pero, prosigo.

Siempre me pasa lo mismo: la demasiada musicalidad me emploma, la excelente interpretación me rompe un poco las bolas, como también me molestan los mosquitos, los malos actores. Me molesta abrir un sachet de leche sin morderlo y el amargo descubrir de que la sandía está podrida. Siempre me pasa lo mismo...

Voy a tratar de hacer que surja profunda y líquida la risa, el desaguisado, el desatino, la palabrota, el bis literario, la alusión a lo musical, a la política, a las películas, a los dinosaurios, a las mujeres hermosas como Sharon Tate, a los automóviles fabricados en aluminio, a los relojes Vulova, a los Omega, a los Longiness, a los autos de carrera flaquitos. En final, al Campari todo con Acqua Velba y un Rambler.

A mi época de chico, a mi época de niño a la mía de viejo, pasando por mi muerte, mi adolescencia, y hoy.

Buscaré comunicación, buscaré comunicación.

Un haiku para ustedes:
Como un cardumen
Que hacia el bien va
son las cabezas

Y porque todo lo que va, se acomoda, porque acomodado al culo son los azotes.

Para los que miran bien, para los que entienden, sí.

Ojalá puedas venir a verme, querido subtenauta.

Un abrazón de Casero.


Alfredo Casero inauguró La Trastienda en 1994 con su banda, la Fiberglass Sereneiders. Después de 14 años vuelve a presentarse en la sala de San Telmo desde el 13 de junio. Todos los viernes, sábados y domingos con su nuevo espectáculo: Alfredo Casero Soloist.

3/6/08

Consejos para un fin de semana ideal

Este fin de semana no te encueves.
Me pasa que me doy cuenta que, por no usar el calendario, no sé en qué día vivo. Bueno, a no exagerar... Sí, lo sé. No sé bien el número nunca, pero es así.

No le doy bola a las fechas. Me di cuenta que mato el pasado con tanta facilidad, que me como el futuro, que ahí nomás, de repente. Se convierte en presente, y chau.

Si planeara mi tiempo libre... Si encontrara un tiempo para cada cosa y no usar el tiempo de no hacer nada para hacer un algo inneceario...

El padre que es la paz, para la madre del niño pequeño, que come, hace pis y que caga, como un escribano, trece veces al día...

Un laburante. Y los fines de semana hago las cosas que no se hacen si no las hago yo. Y entonces, uno se pasa diciéndole a la gente cómo hacer cosa que nunca -tal vez- hagan.Al divino botón: van a seguir haciéndolo así, por la ley del mínimo esfuerzo, cosa que está incluida en la MERCADOTECNICA, por ejemplo.

Es muy triste. Me dedicaré a las bochas francesas, que parece que son bárbaras.

Me pasa que me doy cuenta que no encontramos el tiempo, que está ahí, delante nuestro.
Y se pasa estúpidamente sin no "hacés" -sin necesidad- el 60 por ciento de las veces. Una pena.
Hay que ser guapo para no hacer nada. Yo, la verdad, es que no puedo.Me engancharía más con mi hija chica: peinaría al perro, no cambiaría un enchufe. Pero ya es sabido que no hago las cosas de la casa, porque lo detesto.

Pero como no hay nada que hacer un domingo, vaciamos la baulera para encontrar las alfombras mohosas del dueño anterior de la casa, una central telefónica vieja y azulejos. Cuando pensé en lo que hacía, me fui a la casa de mi amigo, el petiso José Traine, que es de La Boca. Yo antes era de La Boca... y me tomo unos mates, riéndome a carcajadas de estupideces, pero muy graciosas. Y me vuelvo.

Digo: se va armando el fin de semana. Pero no... Yo no logro tener la disciplina de salir a las ocho de la mañana a peinar calandrias al circuito KDT.

Jamás la tuve, ni para la cinta de caminar y todas esas porquerías. ¿O me vas a decir que la cinta de caminar es bárbara? No, no seas necio. Es así, como yo digo. No seas cuadrado, es así como te lo digo yo.

El tiempo es fugitivo. Pero no el tiempo físico, que es la eternidad del buen abrazo.
Abrazando amigos graciosos es un buen fin de semana. Cuando se te acerca, y me levanto a las once, y no sé para donde agarrar, terminamos con mi tía en un shopping. Me aburrí mucho.Encima esa comida de los patios de comida de los shoppings, que le sacan todo, le sacan la onda, con la ondamatic 600.

Le sacan todo lo que puede ser buen gusto. Es acartulinada, standard, recalentada por microondas. Está fea a propósito y es cara (¿por qué? No sé).

Dice Mariana, de 35 años, jugadora recuperada:
"Y no es para menos. Uno es un paspado, que no sabe por dónde arrancar y ante la duda, se mete en una cueva a mirar lo que mira la gente: la televisión".

Consígase una actividad rara, coma pescado que es diferente. Coma alcauciles... Ojalá que encuentres el momento para aprender la naturaleza. Todo lo que pesa en el cine, en medio de la película. Poner a mi hermana enojada, me encanta. Qué se yo, si quiere enoje a mi hermana. Está bárbara y canta tangos.
Tomá.
Besos, Casero.

2/6/08

Las extrañas aventuras del Dr. Vaporeso

Queridos amigiutos: dedicaré hoy esta columna a mostrarles, aunque más no sea un pequeño fragmento de lo que fue la vida del Dr. Ricardo Vaporeso, prócer de la nación argentina. Creánme que esto es sólo una punta del gran iceberg llamado Vaporeso.

Pero de aquí y en sucesivas entregas, podrán sacar todo el provecho que queráis, buscando entre tanta humanidad, otro poco de terneza.

Digo otro poco, para apuntarlas las efímeras ideas que hacen bien a las gentes, en contraposición a la vorágine moderno.tecnológica que todo lo amaina, lo acua, lo diluye, lo enerva, lo asexua, lo castra, mata de raíz la suavidad, los olores puros, los rulos de las mujeres... que un día no tendrán caderas y se harán polleras tubo con la piel de un salamín.

No seas más papista que el Papa, a menos que seas Karol Wojtyla, dice Vaporeso.

De cómo fue alumbrado Don Ricardo Vaporeso. Nacido para solaz y esparcimiento de sus padres, en una familia muy pobre del barrio de Bernal. Famosa ya es la confusión que se genera alrededor del lugar de nacimiento del niño Ricardo, dado que si bien la mayoría de sus biógrafos ubican su primer llanto en Bernal, el mismo Vaporeso durante uno de sus escritos, menciona como al pasar su nacimiento en Lobos, como el general.

Nada resulta extraño en todo esto: en aquellos tiempos de absoluta pacatería, los contemporáneos se ocultaban entre sí, los datos de su natalicio. La primera maestra del niño Ricardo le quebró el dedo meñique de la mano derecha por hacerle volcar el triciclo donde iba con otro compañero, que era el médico Florencio Escardó (quien permanecía agarrado de la parte de atrás del rudimentario vehículo). Vaporeso vuelca el triciclo y se incendia.
Vaporeso se salva, pero rompe el dedo meñique a la altura de la falangeta, entre Pringles y Córdoba.

Abelina Raquel de Taurich, viuda de Popone, fue su primera maestra de catequesis, que lo catequizó bien catequizado.
Porque, para catequizar, los Popone eran de una familia bien catequista. El creía en todo: creía en la hostia, creía en el cáliz, creía en la sotana, creía, creía, creía, creía... Hasta que un día dijo:"¿Por qué?"Ahí nomás, enfrentado a esa duda, se tomó un barco, el Principesca Roberta Perfumo, que luego chocara contra un león en el Atlántico Oeste, se prendiera fuego y se hundiera.
El se salva.
Obtuvo una rosca de salvavidas sacándosela a un niño con una frase en latín: "Nec tous niñote largum rosca salvat ego". Entonces, el niño al ver que se enfrentaba a un grandote le dijo: "Está bien".
Vaporeso toma el salvavidas, lo pisa, se tira al agua y se salva.
De las expediciones que realizara y la ayuda que prestara durante sus viajes.En uno de sus viajes por Africa, el Dr. Ricardo Vaporeso, se tiñe el pelo en un arranque de furia mística y es expulsado de la Universidad Kennedy (aún antes de que el mismo Kennedy existiera). Sin importarle nada, se dedica junto a unos nativos a fabricar una especie de fugazzeta que los mismos usaban para acompañar las comidas.

En el diario que llevara durante su misión, escribe hacia la noche, ya desolado: "Hoy ha sido un día de locos, querido diario, ya que los indios no pararon de cantar un minuto, no pararon".Tiempo después, encontrándose en misión investigando una posibilidad de hallar una vacuna contra la polio, en una tarde de húmedo calor en la selva, se topó con Sr Archibald Winsonston Hiley, cerca del río Fanta (en lo que sería la actual provincia del Zaire).

El hombre está por cierto desolado, y apoyado en una piedra, lloraba como una magdalena. Primero pensó que podría haber sido atacado ya sexualmente por un indio que pasaba por ahí, ya sea por algún cazador furtivo.
Pero en realidad, al abordar al pobre Sir Archivald que lloraba descosoladamente, supo lo que le había sucedido: estaba en territorio de un león mocho que se había comodio a todos los hindúes que él trajo para trabajar en la colocación de vías ferroviarias, para que pase el tren.Utilizando su sabiduría un tanto criolla, Vaporeso investiga las caracerísticas del león: vago, mal entretenido, picado de viruela, andaba por ahí con una guitarra tocando, hasta que no le salía nada.

Pero el sueco Linneo explica que los leones carecen de las bondades musicales de la guitarra y Darwin acentúa que el rasguido es imposible por la pezuña del animal. Refutada entonces la posibilidad de que el león sea un gaucho, Vaporeso analiza estas hipótesis:
a) que el león tuviera hambre;
b) que los hindúes mismos lo hubieran inducido a cometer semejante tropelía;
c) que las canciones de los indios, al ser monocordes, le hayan hinchado las pelotas y el felino no hubiera soportado la necesidad de acallar, aquietar o matar a los mismísimos para que nunca más repitieran el cántico:"Bembe, mogongo, mambete,cocomo, pamba, gabamba,tata, cotota petete"
Los aborígenes cantaban sólo esa parte, pero de manera continua y reiterada.
Al pedir la traducciónd e la mencionada letra, Sir Archivald me dijo que era imposible, porque las mismas están en arameo y que él, de arameo, no entendía nada y que no se iba a poner a entender a esos "hindúes de mierda".

Y que prefería que los comieran antes de entender en arameo que, en realidad, no sirve para un carjo.Hasta aquí la primera entrega de Vaporeso: fíjense amiguitos como Sir Archivald se desentiende rápidamente de sus pobles esclavos.
Y no así el Dr. Vaporeso, que escribe su investigación titulada "De un león que se comió ciento setenta y nueve hindúes".
Lo edita y se las chanta a todos.
Rezonozcamos gloria, pues, al mártir liberador que, dándole la esspalda a la pacatería, se dedicó a dejar registro de la desaparición de los hindúes que poco conocía.

UN ABRAZON,
de Casero.